Una vez estuvimos colocados como creíamos que debíamos estar, comenzamos a leer lo que habíamos escrito sobre nuestro instrumento. En este caso, el profesor, nos fue corrigiendo sobre lo que teníamos escrito del instrumento y sobre la colocación que no era correcta del todo.
Esta es una actividad que se puede realizar para evaluar los conocimientos de los alumnos a este respecto, pero que en nuestro caso sirvió como una autoevaluación para comprobar de que nos acordábamos del día anterior y qué no nos había quedado claro.Yo veo que es una actividad que da mucho juego, porque se puede practicar con los alumnos tras la explicación para que lo visualicen mejor, o se les puede plantear como una prueba de examen, e incluso, como fue para nosotros, una autoevaluación. Pero lo más importante es que haciendo esto, el maestro también puede autoevaluar sus enseñanzas y ver donde hay dudas o problemas para poder mejorarlo con otras clases.
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